martes, 23 de marzo de 2010

Hijos









Mateo

Si la pasión es así,
tu nombre será Mateo.
Caballero de las causas justas
paladín de princesas
que vibran, al tañer de tu guitarra.

De fuerzas sin mesuras
o desmesuradas fuerzas
que el amor libera
y te encarcela
por vida que pide vida.

Muchacho hermoso
de los patios del Valhalla
¿Será Freja tu estrella,
de sueños mirando al norte
o viajes buscando sueños?

Muchacho nuestro:
¡que viva tu pasión!¡que viva!
que en tu ser se ve el candil
como el sol que brilla cada día
luminoso, diáfano, deseado.



Martina

Son pellizcos de luz
tus ojos ilusionados
que contagian insomnios,
de adolescencia plena
y respiran sonrisas con el color
de tu vida [inmensa].

Martina nuestra y soñada
en sueños de hadas muy tercas
con letras de cuentos blancos
y sagas de mil estrellas
que brillan y alumbran claro
tu alegría.

Ay hija, si vos supieras
que el dolor de perder la niña
lo gana tu sed de vida
que te convierte en mujer
para bien del corazón
y de mis pupilas.



Tiago

Muchacho que te volviste
tan alto
tan de repente
hijo tan como siempre
y grande tan de sorpresa
que casi sin un permiso
nos invitás a una vuelta
con sortijas de ilusión
pintadas desde tus ojos
con gotas de un mar añil
para viajar sin pasaje
de mil idas y mil vueltas
con parada en cada escala
en las que aplaudo
y festejo
tu viaje tan preferido
sin ruedas pero con alas
de navegar por la vida.

2 comentarios:

Diana H. dijo...

Conmovedores tus versos. Tan cercanos, para quienes vemos crecer a nuestros hijos desde lugares en común.
Un abrazo.

Claudio S. dijo...

Diana:
¡Muchas gracias!
Ver como crecen, en todos los aspectos, descubrir las cosas de uno en ellos, o las otras, las de ellos mismos, es la maravilla de la vida. No hace falta otro motor.